Arrojo y Heroísmo en el naufragio de la «Janequeo»

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ARROJO Y HEROISMO EN EL NAUFRAGIO DE LA “JANEQUEO”

                         Hace 51 años, en medio de un violento temporal naufragó en Caleta Lliuco, en la Bahía San Pedro al sur de Corral, la Escampavía “Janequeo” de la Armada de Chile, mientras intentaba auxiliar al Patrullero “Leucotón”,el que por estas mismas circunstancias había varado en las playas del lugar. La dramática situación acaecida el 15 de agosto de 1965, quedó grabada para la historia por las ejemplares demostraciones de heroísmo, lealtad y camaradería de un grupo de distinguidos marinos que lo arriesgaron todo, con la finalidad de salvar su buque.

                        Perecieron con valor en el accidente, el Capitán de Fragata Claudio Hermmerdinger Lambert, Jefe de la Partida de Salvataje y el Capitán de Corbeta Marcelo Léniz Bennett, Comandante de la “Janequeo” que jamás abandonó el Puente de Mando. También sucumbieron el Subteniente Féliz Nieto Prats y los dos Guardiamarinas Hugo Kromic Mayorga y David Tapia Meneses, junto a cuarenta y dos hombres de la tripulación.

                       Durante el hundimiento de la nave, que quedó al garete al enredarse en su hélice un cable de remolque y cortarse sus cadenas, se estrelló contra la Roca Campanario partiéndose en dos, quedando los náufragos a merced del temporal. Es en este momento cuando destacan con trascendencia el Cabo Leopoldo Odger Flores y el Marinero Mario Fuentealba  Recabarren, quienes se enfrentaron al furioso oleaje salvando la vida de varios de sus compañeros. Luego ya sin fuerzas, fueron arrastrados por la corriente, pereciendo ambos en la heroica acción.

                        En noviembre de 1965, por disposición del Alto Mando Naval, a ambos servidores se les concedió en forma póstuma la Medalla “Al Valor”. No Obstante, como el Marinero Fuentealba ya poseía tal distinción por una anterior hazaña, se decidió otorgarle la Medalla “Al Valor Estrella de Oro”. Así también, ese mismo año, por Decreto Supremo se les concedió el ascenso a Suboficiales Mayores de la Armada de Chile.

                      En la tragedia descrita: “volvió a repetirse ese gesto tradicional de los oficiales y marineros chilenos, de hacer cuanto es posible, hasta el último momento, para mantener su buque a flote, impedir su naufragio y defenderlo del peligro, impulsados por la fuerza imponderable emanada del cumplimiento del deber. Con honor y gloria estos destacados marinos, siguieron la ruta que otros les dejaron para siempre en la historia”, según lo menciona con grandeza el Capitán de Navío Rodrigo Fuenzalida Bade, en sus escritos sobre la Historia Naval de Chile.

Manuel Chamorro Moreno

  Suboficial (R) Armada

Santiago, 12 agosto de 1016                       

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