Horwitz-Middleton: de un velero hecho trizas a rozar la final olímpica

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Héctor Opazo M. Enviado especial a Río de Janeiro
Deportes
El Mercurio

La dupla timbró la mejor actuación nacional en las velas desde los JJ.OO. de Berlín 1936, pero les faltó un puesto para entrar a la final. «Nos quedamos con impotencia», lamentaron.

 

Sofía Middleton bajó al muelle con los ojos llorosos. Nadja Horwitz, su compañera a bordo del yate 470, también tiene cara de pena. Acaban de concretar una de las mejores actuaciones históricas de las velas chilenas en JJ.OO. -superada por el cuarto lugar de Erich Wichman en Berlín 1936-, pero están tristes.

«Nos queda la impotencia de haber estado tan cerca de la final, nos faltó un poco, pero siento que hicimos una prueba increíble. Hay que seguir trabajando para hacer un mejor papel en Tokio 2020», admite Middleton.

¿Qué pasó? Que luego de la novena de diez regatas, las chilenas marchaban en el 10º lugar de la tabla, el último que otorgaba pasajes a la Medal Race de hoy, pero en la última prueba fueron superadas por la dupla de Polonia por míseros dos puntos (98 contra 100), resultado que las dejó en la 11ª plaza, fuera de la final.

«La cancha estaba difícil y nos quedamos con las ganas de llegar a la Medal Race, pero dimos todo. Llevamos poco tiempo en el bote y podemos crecer mucho aún», aporta Horwitz.

Hace tres meses, el panorama era brutalmente diferente. El 15 de mayo, mientras el 470 de las chilenas era trasladado a Río, sufrió un accidente que lo dejó hecho pedazos, destruido. «Pensamos que ahí se había acabado todo», recuerda Horwitz. «Por suerte, con la ayuda de mucha gente, pudimos recuperarnos a tiempo, mejor de lo esperado, para llegar bien acá. Al final, fue un aliciente más», añade.

Al final, con aportes propios, privados y estatales encargaron en tiempo récord un yate igual a un astillero en Nueva Zelandia, que llegó directo a Brasil un mes antes del inicio de Río 2016. «Lo que no te mata te hace más fuerte. Lo tomamos como una anécdota de la preparación, porque al final todo salió bien: el bote nuevo llegó en la fecha, pudimos prepararnos bien y siento que fue una mayor motivación», completa Middleton.

El equipo, por ahora, se separa. Aunque no escartan una nueva aventura olímpica -juntas o por separado-, lo único que asoma hoy es el descanso y la vuelta a la vida universitaria.

A los otros botes chilenos, que también cerraron su participación, no les fue bien. En 470 varones, Andrés y Francisco Ducasse fueron 24º entre 26 tripulaciones; en 49.er damas, Arantza y Begoña Gumucio se ubicaron 18ª entre 20, y en varones, Benjamín y Cristóbal Grez finalizaron últimos.

 

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