El sello característico que ha tenido la Regata Bicentenario en su paso por Chile, ha sido, sin duda alguna, la solidaridad. De manera prácticamente simultánea, las dotaciones de los buques que participan de la gran flota que navega por los mares de Sudamérica, se volcaron a colegios e instituciones de Valparaíso y Viña del Mar para aportar con su granito de arena. |
El sello característico que ha tenido la Regata Bicentenario en su paso por Chile, ha sido, sin duda alguna, la solidaridad. De manera prácticamente simultánea, las dotaciones de los buques que participan de la gran flota que navega por los mares de Sudamérica, se volcaron a colegios e instituciones de Valparaíso y Viña del Mar para aportar con su granito de arena. Desde la 10 de la mañana del día de ayer, los marineros del velero “Europa”, de bandera holandesa, llegaron hasta el Sanatorio Marítimo de Viña del Mar, lugar donde compartieron con los niños y jóvenes que sufren severas enfermedades sicomotoras. Por supuesto, la presencia de la original dotación –compuesta sólo por civiles que quisieron navegar en esta travesía para conocer los mares australes- fue agradecida por los directivos, funcionarios y pequeños pacientes del hospital. A la misma hora, parte de la dotación del buque “Gloria” de Colombia llegó hasta el Colegio República de Colombia de la Ciudad Jardín, donde entregaron útiles escolares, realizaron reparaciones en las instalaciones deportivas y protagonizaron una animada muestra de música folclórica representativa de su país para todas las niñas del establecimiento. “Es muy grato para nosotros poder participar en este tipo de eventos. Nos quisimos vincular con el Colegio República de Colombia, entregando útiles escolares, que es un donativo pequeño pero muy significativo. Lo hacemos con todo el cariño y aprecio”, dijo el Teniente de Navío Guillermo Pardo en representación de la dotación del buque cafetero. El oficial colombiano también recordó que los 170 tripulantes del “Gloria” ya habían realizado un gesto similar con las víctimas del terremoto en Talcahuano, donando cada uno un día de sueldo. Tras la ceremonia de recepción de las donaciones, en la que participó la Alcaldesa Virginia Reginato, la directora del colegio, Berenice Flores Olguín, agradeció a la dotación colombiana el gesto. “Es tremendamente significativa esta visita, que se ve todas las veces que ellos vienen y recalan en este puerto. Tenemos una relación de hermandad con ellos”, explicó. Finalmente, la alcaldesa de Viña del Mar destacó el contacto que ha mantenido la Directora del colegio con el Buque Escuela “Gloria”. Cada vez que han estado en Chile han venido a visitar este colegio y eso me parece muy importante”. En total, fueron once los establecimientos que recibieron a las dotaciones de la Flota Bicentenario. La “Esmeralda” visitó el Hogar Arturo Prat; el “Capitán Miranda” de Uruguay visitó la Escuela Básica República de Uruguay; el “Cisne Branco” de Brasil concurrió al Liceo Juana Ross; el “Juan Sebastián Elcano” de España a la Escuela Básica España E-298; la “Libertad” a la Escuela Básica República de Argentina” y el “Sagrés” de Portugal al Liceo Eduardo de la Barra. La tripulación del “Simón Bolivar” de Venezuela visitó la Escuela Especial Amor y Esperanza, ubicada en Playa Ancha y al “Cuauhtémoc” le correspondió el Colegio República de México. En tanto, en Viña del Mar el velero “Europa” de Holanda realizó su aporte en el Sanatorio Marítimo; el “Gloria” de Colombia visitó el Colegio República de Colombia y el “Guayas” de Ecuador acudió a la Escuela Básica de la República de Ecuador. La Gastronomía en alta mar La cocina es fundamental a bordo de los buques, ya que el racionamiento debe ser exacto y la buena comida mantiene el espíritu de los navegantes en alto. Aprovechando la tradición naval de almorzar los jueves Empanada, Cazuela y Mote con Huesillo, en el marco de la Regata Bicentenario “Velas Sudamericana 2010”, el cocinero del Buque Escuela Esmeralda, Sargento 2° Mauricio Surriba, les enseñó a los cocineros de los demás veleros como hacer una Empanada chilena. Una vez aprendida la técnica, se compartió en un acto de camaradería para disfrutar de los resultados. |