Con una expansión cinco veces mayor a la prevista, el derrame de crudo en el Golfo de México obligó ayer al gobierno de EE.UU. a declarar catástrofe nacional y a ofrecer ayuda militar a la compañía British Petroleum (BP) para controlar la fuga. |
De paso, el desastre hace peligrar los planes del Presidente Barack Obama de permitir nuevas zonas de exploración petrolera en la costa, como lo anunció hace unas semanas en el marco de una estrategia energética para el país. Según The Times, al reconsiderar esta promesa, el Mandatario complicaría la aprobación de su legislación sobre cambio climático, dado que el apoyo de los republicanos en el Congreso depende de estas exploraciones. Expansión Ayer, la superficie de la mancha negra llegó a los 1.500 km {+2} , y lenguas desvaídas de una mancha de petróleo llegaron por la noche a la boca del río Mississippi, en el estado de Luisiana. La marea negra, ocasionada en una plataforma de BP que se incendió tras una explosión y se hundió el 22 de abril, avanzaba hacia un ecosistema delicado de aves, vida marina y algunas de las zonas más ricas en mariscos comestibles de EE.UU. Con un mar revuelto, las vallas flotantes colocadas para proteger las playas de arena y pastizales de la costa eran rebasadas por las olas aceitosas de 1,5 metro de altura. Previendo la llegada de crudo a las costas, el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, declaró previamente el estado de emergencia y los servicios de rescate iniciaban una carrera contrarreloj. El gobierno federal ofreció, por su parte, «todos los recursos disponibles». La urgencia de las autoridades se debe al hallazgo el miércoles de una nueva fuga, que estima en más de 5.000 barriles (800.000 litros) por día el volumen de petróleo que se vierte en el mar, cinco veces más de lo que se había previsto inicialmente. El Presidente Obama prometió que se realizará una «investigación rigurosa» sobre la explosión y añadió que enviará a funcionarios para garantizar que British Petroleum y el gobierno estadounidense estén «haciendo todo lo posible no sólo para reaccionar ante este incidente, sino también para determinar su causa», indicó DPA. Una pequeña flota de los guardacostas y BP intentaban ayer rodear parte de la napa y atraparla entre barreras flotantes, para luego quemarla. Pero incendiar la mancha de petróleo despide enormes nubes de humo negro tóxico y deja residuos aceitosos en el mar, por lo cual estas operaciones deben ser constantemente monitoreadas. Mientras, en los estados cercanos a los directamente afectados -Luisiana, Mississippi, Alabama, Texas y Florida- ya se instalaron cinco estaciones para la preparación de medidas de protección.
|