Osamenta estaba a 41 metros de profundidad entre vestigios de histórica nave. Armada rindió honores y el cráneo ubicado será sepultado en cripta de Héroes de Iquique, en Valparaíso. |
El cráneo de un tripulante de la «Esmeralda», que según historiadores locales correspondería al guardiamarina Ernesto Riquelme, fue rescatado desde los restos de la histórica corbeta, hundida a 41 metros de profundidad en la rada de Iquique. El descubrimiento se realizó durante un peritaje de arqueólogos submarinos, quienes preparan un proyecto de la Armada para recuperar la nave. La ubicación se logró gracias a los testimonios e informes de buzos de la IV Zona Naval. Con esos datos, el arqueólogo Diego Carabias, junto a Renato Simonetti y David Letelier, fijaron el lugar y levantaron la pieza, para sellarla en una caja y llevarla a la superficie. Emergieron a las 17.20 horas y fueron escoltados por la misilera «Serrano» hasta el muelle de la IV Zona Naval, donde todas las naves y las dotaciones rindieron honores a los restos del héroe. El comandante en jefe de la IV Zona Naval, contraalmirante Kenneth Pugh, dijo que los primeros informes indican que el cráneo corresponde a un hombre joven, de entre 20 y 24 años. El contexto histórico y la opinión de los expertos locales hacen creer con certeza que es un tripulante de la histórica nave. El 21 de mayo de 1879, la embarcación tenía una tripulación de 202 hombres, de los cuales murieron 143 en el combate. Indicios El curador del museo naval de Iquique, Enrique Cáceres, estima que la osamenta sería del guardiamarina Ernesto Riquelme, dado que en 1978 se efectuó un rescate a cargo del doctor Alfredo Cea, quien sacó un cuerpo desde el sector de la cubierta, que estaba atrapado junto a un cañón. Cuando era alzado, la canasta se rompió y los restos cayeron nuevamente al mar. Los peritajes comenzaron el martes y en ellos participaron 10 buzos de la Armada, tres arqueólogos submarinos, representantes del Consejo de Monumentos Nacionales y un equipo de medición submarina. Estos últimos trabajaron con ecosondas especializadas y comprobaron que junto a la estructura de la nave hay un radio de 50 metros en donde es posible hallar más restos. Tras el desembarque de los restos, hubo un oficio religioso y luego los restos se entregaron al Consejo de Monumentos Nacionales. Luego serán llevados a Valparaíso, al Centro de Conservación del Patrimonio Submarino, donde serán tratados por alrededor de 4 meses. Lo más probable es que sean sepultados en la cripta de los Héroes de Iquique, en la plaza Sotomayor.
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