Estructura remodelada reúne valiosas piezas de los almacenes portuarios, antes amenazados por expansión de zona de carga. |
Cuatro letras emparentan a los almacenes portuarios fiscales de Valparaíso con la Estación Central de Santiago. La inscripción «L.F. & Co» apareció en una viga de acero de los viejos edificios porteños, revelando que fue fundida en la Lloyds Foster. Se trata de los mismos talleres de Wednesbury, Inglaterra, que fabricaron las piezas de fierro de la característica estación ferroviaria capitalina. El hallazgo fue realizado por el equipo del restaurador Geraldo Ojeda, mientras pulía la escala de uno de los cuatro almacenes que aún quedan en pie de los nueve que fueron construidos entre los años 1875 y 1877. Encomendado por el Centro de Abastecimientos de la Armada, que desde 1960 administra esos históricos bodegones, Ojeda cumplía la misión de recuperar la estructura original del subterráneo del que hoy lleva el número 2. Tras el cielo raso, el concreto y el pintado de cal fueron apareciendo ladrillos, piedras canteadas y colores primitivos. Sus planos fueron trazados en 1868 por el arquitecto de gobierno Manuel Aldunate, dos años después que los anteriores almacenes y todo el puerto fueran bombardeados por las fragatas Blanca y Villa de Madrid durante la guerra en la que Chile apoyó a Perú contra España. Labor de recuperación La sala histórica temática que el Centro de Abastecimientos habilitó en el refaccionado subterráneo del almacén número 2 es consecuencia del punto de inflexión en la postura de la Armada frente a estos históricos recintos. En 2007, estaba dispuesta a vender el sitio a la Empresa Portuaria de Valparaíso (EPV), que quería demoler los almacenes para despejar espacio a la carga y descarga. Hoy se rechaza la oferta de la EPV y se apunta a resaltar el valor de los edificios. El comandante en jefe de la Armada, almirante Edmundo González, sostuvo que «el espacio que ganaría el puerto con ese terreno (15.000 m {+2} ) es insignificante. Esos tres grandes bloques de la época industrial son patrimonio histórico y no se pueden botar. Nuestro centro de abastecimiento seguirá funcionando por siempre ahí». Los edificios sobrevivieron a cambios de siglo y a terremotos, pero no al crecimiento urbano. En 2008, el Consejo de Monumentos Nacionales decidió protegerlos. La EPV planteó el traslado de las estructuras, idea también rechazada por la Armada. El rescate se ha traducido en la habilitación de la sala histórica, que muestra la forma cómo fueron construidos, junto a varias piezas históricas del Centro de Abastecimiento, como viejos tensadores de tela, giroscopios, y escafandras de otras épocas. No está abierta al público, pero la institución trabaja en el proyecto para dar a conocer la historia de los almacenes a la comunidad. |