Científicos descubren sorprendente actividad microbiana en la Fosa de las Marianas.

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Científicos descubren sorprendente actividad microbiana en la Fosa de las Marianas.

El lugar, considerado el más profundo del mundo, y el Abismo de Challenger mostraron resultados sorprendentes, considerando las condiciones de profundidad y luz.

 

 

PARÍS.- Niveles considerablemente elevados de actividad microbiana fueron descubiertos en la Fosa de las Marianas, situada en el océano Pacífico y considerada el lugar más profundo actualmente conocido de la corteza terrestre, según informó un grupo de investigadores en la revista Nature Geoscience.



Científicos descubren sorprendente actividad microbiana en la Fosa de las Marianas.

El lugar, considerado el más profundo del mundo, y el Abismo de Challenger mostraron resultados sorprendentes, considerando las condiciones de profundidad y luz.

PARÍS.- Niveles considerablemente elevados de actividad microbiana fueron descubiertos en la Fosa de las Marianas, situada en el océano Pacífico y considerada el lugar más profundo actualmente conocido de la corteza terrestre, según informó un grupo de investigadores en la revista Nature Geoscience.

La Fosa de las Marianas, una especie de larga cicatriz de 2.550 km de longitud en el océano Pacífico, alcanza los 11 km de profundidad en el Abismo de Challenger, donde podría introducirse el monte Everest (8.850 m). Debido a su profundidad extrema, la fosa está envuelta en una oscuridad perpetua con temperaturas glaciales.

Numerosos científicos consideran que cuanto más profundo es el océano, menos alimento hay, ya que este tiene que hacer su camino desde la superficie rica en oxígeno. Sin embargo, el equipo dirigido por Ronnie Glud, de la Universidad de Dinamarca del Sur, se sorprendió al descubrir que la Fosa de las Marianas era rica en materia orgánica.

Los investigadores comprobaron que el nivel de consumo biológico de oxígeno era dos veces más elevado que en un lugar cercano, situado a solo 6.000 metros de profundidad. El análisis de los sedimentos extraídos en los dos lugares muestra también concentraciones más elevadas de células microbianas en el Abismo de Challenger.

Los investigadores utilizaron un robot submarino concebido especialmente para ello, con sensores ultrafinos para sondear el consumo de oxígeno de los fondos marinos. El equipo también realizó vídeos del fondo de la fosa.

«Encontramos un mundo dominado por los microbios adaptados para funcionar eficazmente en condiciones extremadamente inhóspitas para organismos más desarrollados», declaró Ronnie Glud.

«Nuestra conclusión es que el importante depósito de materia orgánica en el Abismo de Challenger mantiene una actividad microbiana en aumento a pesar de las presiones extremas que caracterizan este entorno», indicaron los investigadores

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