La Capilla de los Grumetes del “44”

Historias de Mar

Un valioso pergamino guardado celosamente en un cilindro de bronce y sellado, posteriormente, al interior de la  primera piedra, registra los nombres de los 600  alumnos que con sus respectivas firmas en el documento testifican ante la historia los inicios de edificación de la Capilla de “Nuestra Señora del Carmen” en la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna” en la Isla Quiriquina. Magnífica obra que resultó seriamente dañada por el terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010.

Un valioso pergamino guardado celosamente en un cilindro de bronce y sellado, posteriormente, al interior de la  primera piedra, registra los nombres de los 600  alumnos que con sus respectivas firmas en el documento testifican ante la historia los inicios de edificación de la Capilla de “Nuestra Señora del Carmen” en la Escuela de Grumetes “Alejandro Navarrete Cisterna” en la Isla Quiriquina. Magnífica obra que resultó seriamente dañada por el terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010.
En la actualidad es satisfactorio comprobar que este templo consagrado a la fe y fervor marinero ha sido totalmente reparado, noticia tranquilizadora para quienes fuimos el soporte inicial de su edificación. Su historia se inició en 1944 en momentos que el Capellán del establecimiento Monseñor Humberto Zúñiga G, que no tenía un lugar apropiado para solemnizar la Santa Misa, proyectó la idea de una Capilla donde los grumetes reafirmaran  su credo religioso.
Piezas fundamentales para iniciar los trabajos de construcción de la grandiosa obra fue la Sra Inés Volgtt, esposa del director del establecimiento Capitán de Fragata Víctor Oelkers Stoeckers, que apoyada con entusiasmo por el plantel de oficiales, suboficiales y grumetes, se convirtió en un baluarte de la fe, esperanza y vocación marinera en el contexto de la lealtad, disciplina, amor a Dios y a la patria.
Monseñor Eugenín, Vicario General Castrense en ese entonces, arribó el 8 de diciembre de 1944 a la Isla Quiriquina para solemnizar con su presencia la colocación de la primera piedra de este templo en una ceremonia de relevancia histórica. En la ocasión, los grumetes formados en Línea de Regimiento colocaban un broche de relevancia al inicio de estos trabajos, a la vez que daban por terminado su período de instrucción en dicho establecimiento.
Un día 19 de diciembre de 1944, la Escuadra pasó rauda por Talcahuano, oportunidad en que la distinguida generación fue embarcada en las diferentes unidades dejando en el ambiente el recuerdo de una inolvidable despedida que plasmada simbólicamente, entre abrazos y “Viento a un Largo”, perdurará para siempre en el alma y espíritu marineros de quienes aún sobreviven a tan emocionante partida.
Atentamente
Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R) Armada
Promoción 1944
Santiago, 21 de junio 2013

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