HAZAÑA DE OSADO MARINERO
Conocí a este muchacho en el viaje que hicimos a Japón en la corbeta “General Baquedano”, dice en sus escritos el Guardiamarina Ernesto Jullian. Un año después, su nombre fue conocido ampliamente en la Marina de Chile y a nivel mundial, al realizar una acción de heroísmo que no debe quedar en el olvido.
El día 2 de junio de 1919, el submarino H-3 “Rucumilla” de la Armada de Chile, se fue a pique en la bahía de Concepción, en las cercanías de la Isla Quiriquina. Una válvula falló al sumergirse. Se inundaron los compartimientos de popa y la nave bajó hasta 18 metros al fondo del mar. Posteriormente, se ubicó al submarino y se procedió con todos los recursos que se tenían a mano para sacarlo a flote.
Su Comandante era el Capitán de Corbeta don Arístides del Solar, quien desde el interior de su nave, actuó valerosamente para reflotarlo. Las faenas de salvataje estuvieron dirigidas principalmente por el Capitán Enrique Spoerer. Cuando ya se cumplían todas las esperanzas de sacar la embarcación a flote, se atascó un cabo de la grúa principal. Era necesario subir hasta su extremo superior y corregir el desperfecto. Se necesitaba un hombre capaz y de gran valor para llevar adelante esta hazaña, desde gran altura.
El Marinero Escarpio Muñoz, se ofreció voluntariamente para hacerlo. Y ante la expectación general, cual gato montés, trepó por el brazo de la grúa hasta llegar a su punto más alto y allí trabajando en un abismo de muerte bajo sus ojos, corrigió el desperfecto, que hizo posible el salvataje del submarino. Fue sin duda un acto providencial que este joven Marinero no cayera en esta atrevida proeza. Cumplida su misión, en la cual arriesgó su vida durante largo rato, bajó feliz con la satisfacción del deber cumplido.
Aunque han transcurrido ya 97 años de este brillante episodio naval, las dotaciones de la especialidad del Arma de Submarinos, y la Armada de Chile rinden este tributo de admiración al Marinero Muñoz, héroe en el trabajo y factor de gran mérito en el salvataje del submarino H-3 “Rucumilla”. El último en salir fue su Comandante, quien como única expresión de gratitud lanzó un sonoro ¡VIVA CHILE! Agitando su gorra ante sus abnegados salvadores.. El alma y el espíritu marinero de Escarpio Muñoz, representan los valores del honor y cumplimiento del deber que anima a las actuales tripulaciones de la Armada de Chile, al saberse representadas en la historia por este joven héroe de la leyenda naval, a quien rendimos en este escrito nuestro más sinceros homenajes de admiración y respeto, en un hecho que causó expectación mundial.
Atentamente.
Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R Armada
Santiago 02 de junio de 2016