EL LEGENDARIO CRUCERO “CHACABUCO”
El flamante crucero “Chacabuco”, construido para la Armada en Inglaterra en 1897, comenzó a hacerse famoso desde el comienzo mismo del inicio de sus actividades navales, al ser designado en 1902, antes de iniciar su viaje a Chile, para representar a nuestro país en la Coronación del Rey Eduardo VII. En esa oportunidad, debía participar entre otras actividades, en una Gran Revista Naval, pero lamentablemente el Rey enfermó y esta ceremonia hubo que suspenderse. Pero en 1911, le volvió a tocar en suerte viajar al viejo continente para participar, ahora, en la Gran Revista Naval a realizarse en Spithead, con motivo de la coronación del Rey Jorge V de Inglaterra, tarea que su tripulación cumplió con prestancia y gallardía marinera.
Dado de baja en la década del 30, con cerca de 35 años de servicios distinguidos al país, volvió a hacer noticia en 1940, al estimar el Alto Mando Naval que ante la contingencia de la Segunda Guerra Mundial, era de imprescindible necesidad de reactivar al viejo y achacoso crucero “Chacabuco”, amarrado a los muelles de Talcahuano como un enfermo terminal. Con esta resolución el destino lo puso nuevamente en la primera línea de combate de la flota, al ser modernizada su estructura, reforzadas sus calderas y cambiadas sus plataformas de artillería y puente de mando, en un esfuerzo titánico realizados en esa época con profesionalismo y esfuerzo por ingenieros y obreros de los Arsenales de Marina, en Talcahuano.
De esta manera, con fecha 24 de diciembre de 1941, en una página que debiera estar grabada con un broche de oro en la historia de la ingeniería naval chilena, el famoso crucero “Chacabuco”, con la bandera de combate izada al tope de sus mástiles y luciendo en su reluciente cubierta los emblemas más representativos de la Marina de Guerra de Chile, se adentraba nuevamente en la leyenda para justificar con su andar de 18 nudos un trabajo de joyería que potenció el poderío naval de Chile en el Pacífico y fue por años un baluarte en el aprendizaje náutico de Oficiales, Suboficiales, Guardiamarinas y Grumetes al servicio de la República.
Bajo el alero de sus entrepuentes y cubiertas un curso de 80 alumnos de la Armada, tuvo la gran oportunidad de identificarse con su historia y tradición al cumplir un período de aprendizaje a bordo, en diciembre de 1945. Bajo las troneras de sus poderosos cañones de 6 pulgadas y de modernas ametralladoras antiaéreas, el grupo hizo honor a la leyenda y la tradición del navío al obtener, junto a los tenientes William Walbaun Wood, Hernán Risso Valle y Daniel Arellano Mac Leod, el título de especialistas en la rama de Artillería Naval.
Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R) Armada
Santiago, diciembre de 2016.