CUANDO LA NAVIDAD VENCIÓ A LA GUERRA
Basado en un documental que llegó a mi correo particular y por conocimientos que yo tenía desde niño, he querido narrar una leyenda humanitaria ocurrida en la noche de Navidad de 1914, en pleno desarrollo de la Primera Guerra Mundial, en momentos en que soldados alemanes, ingleses y franceses luchaba a muy corta distancia en defensa de sus respectivas trincheras. La lucha era fratricida y ninguno de los bandos daba tregua en su heroico batallar.
Pero en el día más cruento de la batalla sin cuartel, apareció en el alma de esos valientes soldados un espíritu solidario de confraternidad humana que con fuerza irresistible puso a prueba que la hermandad es más fuerte que la pasión y el odio y en un momento de sublime de fe y esperanza, acordaron un alto el fuego para compartir por algunos momentos como amigos y camaradas, la Noche Buena y el Día de Navidad
Primitivamente, a ambos lados de sus respectivas trincheras se encendieron arbolitos navideños y las ametralladoras y cañones silenciaron el estruendo de sus fuegos dando paso al silencio y señalar un momento histórico, para enseñarnos que a pesar de los horrores de la guerra, esos hombres cesaron por momentos su condición de enemigos y en una actitud de fraterna hermandad, que grabó la leyenda, cruzaron los fosos para fundirse en un abrazo de afecto y amor.
Luego vinieron los brindis personales de uno y otro bando en lucha, la entrega de obsequios y los deseos de una feliz Navidad en el más amplio espectro de la amistad y camaradería. Después se efectuaron variados encuentros deportivos, para continuar los festejos en medio del entusiasmo y algarabía general. Una vez terminado este acto, cada destacamento volvió a sus puestos de combates para enfrentarse nuevamente en una lucha sin cuartel. Hermoso gesto de tregua que la humanidad no supo o no quiso comprender.
La historia nada rescató del magnífico ademán de estos heroicos soldados que en medio de las atrocidades de la guerra impusieron la nobleza de sus sentimientos para recordar el nacimiento del Hijo de Dios en el día más grande que atesora la historia universal y que hoy aún conmovidos por esta disposición, se recuerda a estos valientes, por la grandeza que significa para la humanidad su hidalgo y ejemplar comportamiento.
Manuel Chamorro Moreno
Suboficial (R) Armada
Santiago, diciembre de 2016.