FUENTE: Esta publicación fue escrita originalmente por la meteoróloga Yoska Hernández durante el periodo de marcha blanca del Blog Meteochile.
En época de vacaciones la costa de Chile se transforma en uno de los destinos favoritos para los veraneantes nacionales e internacionales, sin embargo, no siempre el mar los recibe de manera tan apacible. Las marejadas son más comunes de lo que pensamos y sus orígenes meteorológicos los revisamos en este artículo.
Ese mar que tranquilo nos baña recita una de las estrofas del himno nacional, pero en realidad no siempre es tan tranquilo. Cada cierto tiempo el mar parece comportarse con furia y azota las costas con grandes olas que llegan a provocar severos daños a las estructuras en los puertos y ciudades del litoral.
En época invernal, en medio de un temporal, la ocurrencia de marejadas parece como una consecuencia casi obvia de la fuerza del viento, sin embargo, en verano y cuando gran parte de los veraneantes se dirigen a la costa para pasar unos días de descanso y relajo, la ocurrencia de marejadas parece casi como un capricho del mar.
A continuación, les mostraremos que las marejadas no son un mero capricho del mar y que la meteorología tiene mucho que decir en su formación.
El mar de fondo, el mar de viento y las marejadas
Comencemos hablando de las olas. Estas se pueden producir tanto en un área oceánica lejana, como también en un área local.
En el primer caso, las tormentas y perturbaciones lejanas producen olas que se propagan fuera de la zona de generación, pudiendo recorrer miles de kilómetros antes de llegar a las costas chilenas y provocar mar de fondo.
En tanto que, el viento asociado a tormentas locales pueden producir lo que se conoce como mar de viento. En estos casos, el viento sopla directamente sobre el área oceánica observada o en las inmediaciones de ésta.
La siguiente figura ilustra tanto la zona de generación y el concepto asociado a las olas de mar de fondo y mar de viento.
Cuando el oleaje alcanza una gran altura y es generado tanto en un área oceánica lejana, como también en un área local, se utiliza el concepto marejada para diferenciarlo de un oleaje de baja altura y menos peligroso.
Debido a esto, una marejada de mar de viento puede parecer muy obvia si el cielo está nublado, hay lluvias y los vientos soplan fuerte. No así para los casos de marejadas de mar de fondo, en donde la situación meteorológica de la costa puede no ser concordante con un oleaje tan fuerte.
Buscando los orígenes
Como decíamos anteriormente, algunas marejadas parecen provenir “de la nada” mientras que otras tienen un origen muy evidente. En las siguientes figuras ilustraremos desde dónde provienen las marejadas que afectan a Chile y cuáles son los fenómenos meteorológicos que las forman.
(a) Cinturón de tormentas del hemisferio sur
Los sistemas de tormentas tienen en el hemisferio sur del globo un camino predilecto, el que conocemos como cinturón de bajas presiones del hemisferio sur – nombre que hace referencia al hecho de que es una angosta franja que rodea a todo el planeta -, por donde circulan de Oeste a Este las bajas presiones como los sistemas frontales. Este “cinturón” se ubica a lo largo del año aproximadamente entre los 45°-55°S de latitud cruzando nuestro país por la zona sur, entre las regiones de Los Lagos y Magallanes. Esta zona, como podrán imaginar, es muy tormentosa y las bajas presiones se forman con mucha frecuencia.
Los fuertes vientos característicos de esta área, forman olas que se propagan por cientos de kilómetros hasta llegar a las costas de Chile en forma de un mar de fondo casi permanente, de modo que se le denomina mar de fondo reinante. Esta situación es la principal responsable del oleaje que incide permanentemente en las costas de Chile y todas nuestras ciudades y puertos de litoral están construidos mayormente en bahías protegidas de este oleaje sur/suroeste.
(b) Oleaje desde el hemisferio norte
En este caso, las olas viajan desde el hemisferio norte directamente a nuestras costas. Esta interesante situación se produce cuando un sistema de baja presión se desplaza por latitudes medias del Océano Pacífico Norte, produciendo un oleaje que se propaga hacia el sureste y que llega a las costas de Chile como un mar de fondo del noroeste.
Debido a que este oleaje recorre grandes distancias hasta llegar al hemisferio sur, la altura de las olas se reduce significativamente, alcanzando valores más discretos que los mencionados para el caso anterior.
(c) Bajas presiones muy cercanas a la costa de Chile
El mar de viento es el protagonista principal en la tercera configuración. Durante el invierno austral, principalmente, sobre la zona centro y sur del país irrumpen bajas presiones asociadas a tormentas, más conocidos como sistemas frontales, (que se desprenden del cinturón de bajas presiones) los cuales generan marejadas de mar de viento provenientes del noroeste en Chile continental.
Un ejemplo célebre que puede que recuerden es el excepcional sistema frontal que tuvo lugar el día 8 de agosto de 2015, asociado a ráfagas máximas que alcanzaron cerca de 150 km/h en la costa de la zona central del país y alturas de olas mayores a 7 metros. El resultado fue la afectación de prácticamente todo el litoral del país, pero con especial fuerza entre La Serena y Valparaíso, produciendo daños por más de 7 millones de dólares, poco menos de 3 mil casas afectadas y 6 fallecidos.
Debido a que las principales ciudades y puertos de Chile se orientan hacia el norte, protegiéndose al mar de fondo reinante, son altamente susceptibles a estos esporádicos eventos de bajas presiones intensas con olas muy grandes.
(d) Ciclones tropicales en el Pacífico Sur
Las tormentas tropicales (conocidas como huracanes o ciclones tropicales) que tienen lugar en el Océano Pacífico Sur también pueden generar marejadas de mar de fondo importantes.
Un ejemplo de ello, es la formada en Samoa a fines del año 2013 (Ciclón Garry). Las olas que llegaron al litoral central de nuestro país –específicamente el día 26 de enero de ese año-, alcanzaron alturas de hasta 4 metros, produciendo importantes daños en el borde costero de la Región de Valparaíso.
e) Anticiclones fríos migratorios y el “surazo”
Ahora bien, no todo es sistemas frontales y bajas presiones respecto a la formación de marejadas en nuestro país. Los anticiclones fríos migratorios también tienen un rol fundamental. Pero ¿qué son? En términos simples, son estructuras atmosféricas en donde el aire se mueve en sentido anti-horario (en el hemisferio sur). Están asociados a zonas de alta presión relativa y masas de aire frío que se desplazan detrás de los sistemas frontales, de ahí su denominación “frío migratorio”.
Cuando estos anticiclones llegan al continente, traen consigo fuertes vientos de componente Sur en superficie, denominados popularmente “surazos”. Estos vienen acompañados de condiciones de buen tiempo en costa y valles de la zona centro-norte de nuestro país, sin embargo, pueden producir intensos eventos de marejadas de mar de viento en las costas.
Ahora conocemos la variedad de fenómenos meteorológicos que están detrás de la formación de marejadas que afectan a las costas de Chile, las que de manera impresionante, incluso pueden provenir desde el lejano hemisferio norte.
Independiente del viaje que hayan hecho esas olas para llegar y del origen que tengan, las marejadas revisten un peligro en zonas costeras, por lo que siempre debemos tener precaución si decidimos ir a la costa para pasar un rato agradable.
Esta publicación fue escrita originalmente por la meteoróloga Yoska Hernández durante el periodo de marcha blanca del Blog Meteochile.