Luis Vargas es uno de los sobrevivientes de la tragedia del «Janequeo», registrada en 1965 en la Región del Biobío, cuando el buque de rescate chocó con una roca partiéndose por la mitad. Desde hace algunos años los sobrevivientes y marinos en retiro se reúnen cada 15 de agosto para recordar a las víctimas. |
Vientos de 100 kilómetros por hora, un frío que atravesaba los huesos y un temporal de lluvia que no paró en 3 largas jornadas son algunos de los recuerdos que tiene Luis Vargas, de 65 años, sobre la tragedia del “Janequeo” el año 1965. El buque, con 78 marinos a bordo, salió de Valparaíso para ayudar en el rescate del buque “Leucotón” que había encallado en la bahía de San Pedro en la región del Biobío. “Comenzamos a remolcar el buque con gruesos cables que nos hacían añicos las manos, pero lo logramos enganchar. Lamentablemente, al oficial de la nave se le ocurrió poner un remolque anexo al buque y sostener los cables con los flotadores de los chalecos salvavidas de la tripulación y ahí quedó la embarrada”, detalla don Luis sobre la noche más larga de su vida. Según cuentan los marinos sobrevivientes, las maniobras de desvaramiento se prolongaron por días hasta que el día 15 de agosto al Janequero se le cortó el cable de remolque, se enredó en su eje y lo hizo chocar contra las rocas, partiendo el buque en dos por su centro. SOBREVIVIENTE “52 hombres murieron aplastados o ahogados, porque los marinos podemos saber nadar muy bien pero nadie puede pelear en el agua contra un temporal. Me caí sobre una roca, me partí ambas rodillas y luego el mar me tiró hasta la playa junto al cuerpo de varios compañeros muertos”, cuenta emocionado Vargas. El marino nacido en la salitrera Pedro de Valdivia en la Región de Antofagasta, no sólo perdió a sus compañeros de trabajo en el accidente, sino que a su mejor amigo Sergio Yébenes, de quien era vecino y sus esposas entrañables comadres. “De los 28 sobrevivientes soy el único que ha vuelto al lugar de la tragedia, voy cada año y he aprendido a enfrentar los insultos de los familiares de los muertos y las preguntas de las viudas que lo increpan a uno diciéndole: por qué sobreviviste tú y no él”, confiesa el suboficial en retiro. HOMENAJES La tragedia del «Janequeo» es la más grande que ha enlutado a la Armada Chilena, y el “Contingente 59”, grupo de ex marinos jubilados, lo sabe y la recuerda cada año con un homenaje en la sede “La Esmeralda” de calle San Ignacio de Loyola. “Nosotros le rendimos un homenaje a los Héroes de la Paz, los marineros Mario Fuentealba y Leopoldo Odger, que en la tragedia dieron su vida rescatando a sus compañeros. Es un acto que comenzó como una manera de reflotar la historia, de darla a conocer y hoy hemos logrado que se este grabando un documental sobre ella”, detalla Carlos Cuadro, vocero de la agrupación. Un sueño hecho realidad para este contingente de marinos que fueron compañeros de Fuentealba en la escuela de grumetes y sienten como un deber el homenajear la memoria de su compañero. Pero también es un acto de rescate histórico, que cada 15 de agosto toma más relevancia. |